En 1986, el centro histórico de Évora fue inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO debido a la influencia que los monumentos construyeron en el siglo XIX. XVI (considerada la edad de oro de la ciudad) ejerció sobre la arquitectura portuguesa en Brasil, especialmente en S. Salvador da Baía.
La ciudad de Évora con cerca de 56.000 es el principal centro urbano de la región, en términos de población y funcional. La dinámica social y económica de la ciudad logró contrarrestar la tendencia del conjunto de la región, manteniendo un crecimiento idéntico al de otras ciudades medianas portuguesas.
Debido a su ubicación, la ciudad se constituye como un espacio excelente entre la costa alentejana y la Extremadura española. De hecho, la plataforma portuaria de Sines garantiza el transporte marítimo de carga entre el sur y el norte de Europa, así como el acceso por carretera (a través de IC33, IP2 y A6) a toda Europa, a través de la ciudad de Elvas. Se admite que esta dinámica se fortalecerá en el futuro a través del corredor ferroviario LTM (Freight Line).
Debido a su tamaño, centralidad y visibilidad en el contexto nacional, Évora emerge como el polo con las mejores condiciones para liderar la jerarquía del sistema urbano regional. De hecho, la ciudad asume claramente una vocación patrimonial, cultural, universitaria y de servicio, con calidad ambiental, que busca potenciar toda la zona que rodea a la propia ciudad.